Al proporcionar una mayor movilidad a los deditos, se activan y se fortalecen los músculos del pie. Además aumenta la propiocepción, fomenta una pisada natural y cambia la alineación corporal al proporcionar una distribución del peso más uniforme entre antepié y talón. ¿No está mal, verdad?

Los expertos en salud podal con los que colaboramos nos aseguran que aunque el  calzado barefoot ofrece beneficios, no es ideal para todos. Hay factores como pies planos o con condiciones como la fascitis plantar, con las que aconsejan consultar primero a profesiones. En definitiva, cada pie tiene necesidades específicas que deben evaluarse. Ante la duda, consulta con un especialista.

No. En Pablosky creemos que en la variedad está el gusto. Por eso, disponemos de opciones tanto barefoot como de horma clásica para que tú decidas. Eso sí, nuestro calzado es saludable porque respeta y cuida los pies durante su desarrollo.

Puede usarse a cualquier edad, de hecho es beneficioso para los pies de los más peques ya que respeta y fomenta un desarrollo natural de sus piececillos, favoreciendo el equilibrio y ayudando a desarrollar correctamente su propiocepción. 

Sí, lo ideal es que tus peques lo prueben de manera gradual y ser consciente de las actividades que realizará durante el día en que los lleven puestos; no es lo mismo ir a casa de los abuelos que no parar de corretear por el parque. Te animamos a consultar con el podólogo para valorar qué es lo mejor para tus monsters.

No. Es mejor evitarlo en determinado tipo de situaciones como cuando vayan a estar en contacto con superficies duras o irregulares o a la hora de practicar deportes de alto impacto en los que sea necesario una amortiguación adicional. Que estén protegidos es lo primero.

La principal diferencia está en su enfoque. Mientras el barefoot busca que tengamos la sensación de que caminamos descalzos, con la mínima interferencia entre el pie y el suelo; el calzado saludable puede incluir características adicionales para proteger los pies, por ejemplo, que tengan necesidades específicas. 

El doctor José Manuel Castillo, afirma que este tipo de calzado "respeta la anatomía y funcionalidad del pie del niño, más allá de ser simplemente un calzado ancho". Además, el doctor Gabriel Gijón añade que "el calzado barefoot, que imita el pie descalzo, está diseñado para ayudar en el desarrollo de los movimientos y la percepción del cuerpo, sin que nada se interponga".